MEDITEMOS
La vida está llena de tanta actividad y emoción, que puede ser genial, pero a veces es bueno tomarse un momento para detenerse, relajarse y dejar ir todo el estrés y la fatiga que se pueden acumular.
Encuentre un lugar tranquilo y cómodo para sentarse o acostarse. Disfruta de la quietud de alejarte del ritmo acelerado de la vida. ¿Puedes transportarte al lago? Imagine el suelo fresco entre los dedos de sus pies, el olor de las flores silvestres, las plantas y los árboles húmedos, el sonido del agua moviéndose, el zumbido de los insectos, el canto de los pájaros y el croar de las ranas.
Tal vez no hayas estado en un lago, pero has estado en una playa o en un río. O piensa en tu lugar o personas favoritas e imagina que estás allí con ellos. Intenta cerrar los ojos para imaginarlos más claramente.
Inhala profundamente y cuando exhalas imagina que el estrés y las preocupaciones están abandonando tu cuerpo. A veces, en momentos de tranquilidad como este, las emociones pueden surgir de forma inesperada y eso está bien. Por el momento, déjalos ser.
Cuando esté listo, abra los ojos, estire los brazos y gire el cuerpo de lado a lado. Reconoce la suerte que tienes de ser tú en este momento.